La clave para reducir la rotación laboral está en crear experiencias laborales significativas y satisfactorias, priorizando el bienestar del empleado sobre las tácticas tradicionales de competencia y reducción de costos. Artículo publicado en hbr.org y recomendado por Digital Skills Institute el 29 de enero de 2025.
La investigación reciente sobre la rotación de empleados ofrece respuestas sorprendentes a una pregunta que preocupa a muchas organizaciones modernas: ¿por qué se van los empleados? A pesar de que el "war for talent" (la lucha por captar talento) sigue siendo un tema candente, muchas empresas continúan usando las mismas estrategias de contratación y retención que han implementado durante décadas. Estas tácticas, centradas frecuentemente en el reclutamiento competitivo, la retención forzada y la reducción de costos, no abordan una cuestión más profunda y esencial: el fracaso generalizado de proporcionar experiencias laborales satisfactorias y sostenibles.
Para que los empleados se queden y sigan dando lo mejor de sí, necesitan más que un simple puesto de trabajo; requieren una labor significativa, así como gerentes y compañeros de trabajo que los valoren, respeten y confíen en ellos. Además, buscan oportunidades de crecimiento y avance en sus carreras. Una experiencia laboral que no cumpla con estas expectativas esenciales resulta insuficiente para mantener el compromiso y la motivación a largo plazo.
La tesis central presentada por Ethan Bernstein, Michael B. Horn y Bob Moesta enfatiza que el enfoque de las organizaciones en desafíos externos, como la competencia feroz entre industrias y las presiones económicas, ha desviado la atención de lo que verdaderamente importa: el bienestar y la satisfacción del empleado. Este desajuste en las prioridades ha llevado a muchos empleados a abandonar sus puestos en busca de entornos de trabajo más gratificantes y enriquecedores.
Un punto clave a considerar es que muchas empresas aún no han adaptado sus estrategias para crear experiencias laborales que sean mutuamente beneficiosas. A menudo, los empleados están envueltos en una búsqueda personal de progreso y satisfacción, y los gerentes tienen la oportunidad de apoyar este viaje, alineándolo con las necesidades organizacionales. Esto no solo mejora la experiencia laboral de los empleados, sino que también contribuye al éxito y la sostenibilidad de la empresa.
El fallo en proporcionar experiencias laborales satisfactorias está intrínsecamente ligado al diseño del trabajo mismo. Reimaginar el trabajo como un "producto" puede ser un enfoque revolucionario. En lugar de percibir el empleo como una simple relación transaccional, las organizaciones podrían beneficiarse de ver el trabajo como un "producto" que debe evolucionar para satisfacer las necesidades cambiantes tanto del empleado como de la empresa. Esto incluiría reajustar procesos internos para fomentar un entorno de crecimiento continuo y colaboración genuina entre los equipos.
Para las empresas, implementar cambios significativos no es tarea sencilla, pero enfrentarse a este desafío es crucial para reducir la rotación de personal. Considerar activamente el feedback de los empleados y actuar en consecuencia es un primer paso vital. Muchos programas de retroalimentación existen solo en papel, y pocas veces se traducen en acciones concretas que impacten positivamente en la experiencia del empleado.
El reto más grande al que se enfrentan las organizaciones hoy en día es trascender las prácticas tradicionales de Recursos Humanos e incorporar una visión más amplia y comprensiva de lo que significa trabajar en una determinada organización. Esto implica cultivar un espacio que nutra la pasión, el propósito, y las aspiraciones profesionales de cada individuo, atendiendo simultáneamente a los objetivos estratégicos de la empresa. Al hacerlo, se generará una relación más sólida e íntima entre los empleados y la organización, conduciendo a una mayor satisfacción, retención y éxito colectivo.
El argumento subyacente es claro: las empresas deben repensar profundamente cómo diseñan la experiencia del empleado para crear ambientes donde las personas no solo elijan quedarse, sino también prosperar. La auténtica solución al problema de la rotación no reside únicamente en tácticas externas y competitivas, sino en una introspección sincera y una transformación iterativa de la cultura organizacional y del diseño del trabajo.