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How to Manage — and Avoid — Mental Fatigue

La fatiga mental afecta el rendimiento al consumir recursos cerebrales rápidamente, y gestionarla implica descansos regulares y equilibrar el trabajo intenso para mantener el bienestar y la productividad. Artículo publicado en hbr.org y recomendado por Digital Skills Institute el 3 de diciembre de 2024.

La fatiga mental es un fenómeno que, aunque no siempre se asocie a signos físicos evidentes como el sudor o el dolor, afecta significativamente al rendimiento y bienestar del individuo. Las técnicas modernas de imagen cerebral han permitido observar este tipo de fatiga en tiempo real, evidenciando que el cerebro, al igual que los músculos, experimenta cansancio tras un esfuerzo sostenido. Este tipo de fatiga se origina cuando el cerebro percibe que podría quedarse sin recursos si continúa trabajando al mismo ritmo, algo que ocurre cuando las células cerebrales consumen recursos más rápidamente de lo que pueden reponerse.

En situaciones donde el cerebro detecta este desbalance, tiende a desconectar su atención de la tarea en cuestión. La persona experimenta esto como una distracción o como una tendencia a preferir tareas más sencillas. La desconexión no es necesariamente voluntaria, sino una reacción biológica que busca proteger al organismo de un desgaste excesivo. Esto significa que, si te sientes mentalmente fatigado, es probable que tu cerebro simplemente esté intentando alcanzar un equilibrio en el consumo de sus recursos.

Para manejar y evitar la fatiga mental, existen varias estrategias que pueden favorecer un desempeño más saludable y eficiente. Tomar descansos regulares es vital; estas pausas permitirán al cerebro recuperar parte de sus recursos y reducir la sensación de agotamiento. Limitar la cantidad de trabajo intenso que realizas en un día también puede protegerte de los efectos negativos de la fatiga, pues está demostrado que períodos prolongados de concentración intensa incrementan el riesgo de agotamiento mental.

En caso de que otras estrategias no sean suficientes, la motivación puede ser una herramienta suplementaria para continuar trabajando. Sin embargo, usar la motivación como el único método para superar la fatiga puede ser contraproducente si no se complementa con las prácticas adecuadas de descanso y gestión del tiempo. El desafío consiste en encontrar un equilibrio que permita mantener un ritmo de trabajo productivo sin sacrificar la salud mental.

A diferencia de trabajos que requieren un esfuerzo físico donde, en muchas ocasiones, existen regulaciones que protegen al trabajador, el ámbito del trabajo mental no cuenta con normativas claras. Muchos asumen incorrectamente que la fatiga mental es algo que puede ignorarse o esconderse tras un café o una noche de sueño. No obstante, entender y respetar los límites del cerebro es crucial para mantener tanto el rendimiento como el bienestar a largo plazo.

La Dra. Mithu Storoni, experta en neurociencia y autora del libro *Hyperefficient: Optimize Your Brain to Transform the Way You Work*, sugiere que estas prácticas no son un lujo, sino una necesidad en el mundo laboral moderno. Storoni, que además de su trabajo como investigadora es médica y asesora corporativa, enfoca sus investigaciones y consejos en cómo optimizar el rendimiento mental sin poner en riesgo la salud.

En síntesis, reconocer la realidad de la fatiga mental y aplicar estrategias efectivas para evitarla o mitigar sus efectos puede representar un cambio sustancial no solo en la productividad individual sino también en la calidad de vida en general. Promover el conocimiento y la aplicación de principios básicos de cuidado mental dentro de los entornos de trabajo es esencial para un futuro sostenible y saludable.

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