Suecia ha decidido reducir el uso de dispositivos electrónicos en escuelas y reintroducir libros de texto, buscando equilibrar tecnología y métodos tradicionales debido a preocupaciones sobre el rendimiento académico. Artículo publicado en genbeta.com y recomendado por Digital Skills Institute el 30 de enero de 2025.
A lo largo de los últimos 15 años, Suecia ha promovido intensivamente el uso de herramientas digitales en el ámbito educativo. Recientemente, el Gobierno sueco ha comenzado a reconsiderar esta estrategia y está tomando medidas para reducir el uso de dispositivos electrónicos en las escuelas. En lugar de depender de ordenadores, tabletas y teléfonos móviles, ahora pretenden reintroducir los libros de texto como el recurso educativo central dentro de las aulas. Los funcionarios argumentan que el uso excesivo de pantallas puede estar relacionado con un decrecimiento general del rendimiento académico de los estudiantes.
El Gobierno sueco ha señalado las pantallas digitales como responsables de una reducción en el nivel educativo de los alumnos. Se menciona que las pantallas no solo pueden distraer a los estudiantes, sino que también contribuyen al cansancio visual, lo que podría dificultar procesos vitales como la lectura en papel, la retención de información y el entendimiento. Un estudio ha indicado que leer en pantallas retroiluminadas cansa más la vista que hacerlo en papel. Además, la experiencia de lectura interactiva que ofrecen las herramientas digitales, aunque beneficiosa en ciertos aspectos, podría estar comprometiendo importantes habilidades críticas y analíticas en los estudiantes.
En Suecia, los colegios han facilitado el acceso a dispositivos electrónicos, lo que en teoría brinda una serie de beneficios, como el acceso a materiales didácticos interactivos, el fomento de la búsqueda autónoma de información en línea y una mejor comunicación entre padres y profesores. Sin embargo, el Gobierno ha observado que, en la práctica, este enfoque también conlleva riesgos significativos, como la gran capacidad de distracción que presentan los dispositivos. Los padres han expresado sus preocupaciones, destacando la dificultad de asegurar que sus hijos estén usando estos dispositivos exclusivamente para tareas escolares en lugar de consumir contenido de entretenimiento.
Este movimiento para regresar a los métodos tradicionales de enseñanza no es trivial, y el Gobierno sueco ha asignado recursos importantes para realizar la transición. En años recientes, han invertido millones de euros en la compra de libros de texto. La meta es garantizar que cada estudiante tenga acceso a un libro por materia, lo cual refleja una inversión considerable tanto en recursos financieros como en un cambio de paradigma educativo.
A pesar del descenso observado en el rendimiento general, Suecia mantiene un nivel educativo competitivo a nivel internacional. No obstante, las autoridades, incluida la Ministra de Educación, Lotta Edholm, han manifestado preocupación por la falta de sentido crítico y la excesiva confianza en los medios digitales que ha surgido en el contexto educativo actual. Este nuevo enfoque subraya la importancia de establecer un equilibrio entre el aprovechamiento de las ventajas de la tecnología y la preservación de métodos tradicionales de aprendizaje que han demostrado ser efectivos.
El caso sueco se enmarca en una serie de debates globales sobre el papel de la tecnología en la educación. Mientras que algunos países todavía están en proceso de aumentar el uso de herramientas digitales en las aulas, Suecia actúa como un precursor en la reevaluación de este enfoque. La decisión de priorizar nuevamente los libros de texto sugiere un cambio significativo en las políticas educativas y podría influir en otros sistemas educativos que están monitoreando de cerca los resultados de esta iniciativa. La cuestión de cómo integrar de manera efectiva la tecnología en las aulas sin comprometer el aprendizaje sigue siendo un desafío clave para los educadores y responsables políticos a nivel mundial.