Álvaro, fundador de una startup, aprendió que el verdadero liderazgo comienza con el autocuidado y equilibrio personal, tras enfrentar el colapso de su empresa, transformando su enfoque hacia un liderazgo más humano. Artículo publicado en linkedin.com y recomendado por Digital Skills Institute el 4 de febrero de 2025.
El mundo del emprendimiento es un campo que despierta tanto fascinación como temor. La imagen que muchos tienen sobre fundar una startup se tiñe de historias de éxito rápidas, grandes rondas de financiación y una vida de lujo. Sin embargo, detrás de esta fachada, se esconden realidades menos glamurosas que afectan tanto al fundador como a su equipo. Una de las grandes tentaciones para quienes se adentran en este mundo es el afán por obtener beneficios económicos y el estatus, sin considerar necesariamente los costos personales y emocionales involucrados. Esta narrativa caló hondo en Álvaro, un fundador de quien se habla en este contexto como un ejemplo de lo que puede ir mal —y también de lo que se puede aprender— cuando se sigue un enfoque de trabajo incesante y sin autocuidado.
El relato de Álvaro es uno invaluable para aquellos que desean entender la complejidad de liderar una empresa en sus etapas iniciales. Al conocerse a sí mismo, como muchos otros emprendedores, tenía una visión clara y habilidades sobresalientes en la comunicación y la creación de estrategias. Sin embargo, al igual que otros, fue atrapado por la cultura del "hustle" perpetuo, llevándolo a trabajar sin tregua, afectando su vida personal y profesional. Este ritmo frenético deterioró sus relaciones personales y creó un ambiente laboral poco saludable, donde su equipo sentía temor de hablar con él. Esto es representativo de un fenómeno más amplio donde el liderazgo basado en resultados olvida el bienestar personal y colectivo, a menudo en detrimento de la efectividad a largo plazo.
Un punto crucial en la vida de Álvaro fue cuando alguien, en un evento, lo confrontó con una simple pregunta: “¿Cómo estás tú?”. Esta pregunta lo hizo reflexionar profundamente, llevándolo a buscar ayuda externa a través del coaching. Esta disciplina le permitió detenerse y revaluar su vida y prioridades. A partir de un viaje introspectivo haciendo el Camino de Santiago, Álvaro comenzó a escuchar su propia voz por primera vez en mucho tiempo. Aprendió que el liderazgo efectivo comienza con el liderazgo personal, una lección que revolucionaría su forma de operar al regreso a su empresa.
Decidido a hacer cambios fundamentales, Álvaro implementó políticas que favorecían el equilibrio personal-laboral, como horarios más saludables y la promoción de la desconexión digital. Aunque sus primeras acciones fueron recibidas con escepticismo por parte de su equipo, que venía de una cultura centrada exclusivamente en resultados, persistió porque comprendió que el bienestar era un componente crítico para el éxito sostenible. Comprendió también que su cambio personal tenía un efecto cascada, influenciando positivamente la cultura organizacional que debía desarrollarse en torno a la empatía y la autenticidad.
A pesar de los esfuerzos transformadores, Álvaro enfrentó una situación financiera que hizo insostenible continuar. Esta fue una de las decisiones más desafiantes que tuvo que tomar: cerrar la empresa. Sin embargo, a través del coaching, logró enfrentar este proceso con integridad, cuidando el bienestar de su equipo, inversores y clientes. Fue una oportunidad para priorizar su marca personal y los valores construidos a lo largo del tiempo, mostrando que a veces es más valioso salvaguardar estos elementos que aferrarse a una empresa en declive. Esta experiencia le brindó claridad sobre cómo quería encarar el emprendimiento en el futuro, desde un lugar más humano y relevante a largo plazo.
Lo que Álvaro aprendió de su experiencia es transformador: el propósito y la motivación intrínseca son esenciales; la vulnerabilidad no es una debilidad sino una fortaleza que conecta; el auténtico liderazgo no es sinónimo de sacrificio perpetuo, y las decisiones difíciles, aunque dolorosas, pueden ser catalizadoras de crecimiento y transformación personal. En este panorama, el emprendimiento se presenta no solo como un camino para construir empresas, sino como una vía para el desarrollo y autoconocimiento personal, subrayando la importancia de la coherencia entre lo que somos y lo que hacemos. El relato de Álvaro es un testimonio de liderazgo y aprendizaje, relevante para todos aquellos que buscan no solo construir compañías exitosas, sino también vidas plenas y significativas.